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Mindfulness para niños: Guía para madres

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El mindfulness, o atención plena, es una práctica ancestral que ha resurgido en la era moderna como un antídoto contra el ritmo frenético de la vida actual. Se centra en vivir el momento presente de manera plena y consciente, dejando de lado las distracciones y preocupaciones.
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El mindfulness, o atención plena, es una práctica ancestral que ha resurgido en la era moderna como un antídoto contra el ritmo frenético de la vida actual. Se centra en vivir el momento presente de manera plena y consciente, dejando de lado las distracciones y preocupaciones.

¿Por qué es relevante para los niños?

En un mundo dominado por la tecnología, donde la inmediatez es la norma, los niños están constantemente expuestos a un torrente de información y estímulos. Esta sobrecarga puede generar ansiedad, estrés y desconexión de uno mismo. El mindfulness ofrece un respiro, un espacio seguro donde los niños pueden reconectar consigo mismos y con el mundo que les rodea.

Beneficios profundos del mindfulness en la infancia

  1. Desarrollo cognitivo: La práctica regular del mindfulness potencia la memoria, la atención y la concentración. Al aprender a centrarse en una tarea o pensamiento a la vez, los niños pueden mejorar su rendimiento académico y su capacidad para resolver problemas.
  2. Regulación emocional: El mindfulness enseña a los niños a identificar y etiquetar sus emociones. Al entender lo que sienten, pueden gestionar mejor sus reacciones, reduciendo episodios de ira, tristeza o frustración.
  3. Reducción del estrés: La atención plena ofrece herramientas prácticas, como la respiración profunda o la visualización, que ayudan a los niños a calmarse en situaciones estresantes, promoviendo un estado de relajación y bienestar.
  4. Mejora de las relaciones: Al ser más conscientes de sus propias emociones, los niños desarrollan empatía hacia los demás. Esto les permite construir relaciones más saludables, basadas en la comprensión y el respeto mutuo.

Ejercicios prácticos de mindfulness para niños

  1. El juego de los 5 sentidos: Este ejercicio ancla a los niños al presente. Pídeles que cierren los ojos y se concentren en lo que pueden oír, luego en lo que pueden oler, y así sucesivamente. Es una forma excelente de conectar con el entorno inmediato y apreciar los pequeños detalles.
  2. Respiración con peluche: Este ejercicio enseña a los niños a ser conscientes de su respiración. Al colocar un peluche sobre su estómago, pueden visualizar y sentir cómo su respiración afecta al peluche, promoviendo una respiración más profunda y calmada.
  3. Paseos conscientes en la naturaleza: La naturaleza es el escenario perfecto para practicar mindfulness. Durante un paseo, anima a tu hijo a notar los sonidos de los pájaros, el olor de las flores o la sensación del viento en su piel. Es una forma de reconectar con el mundo natural y apreciar su belleza.
  4. Meditaciones guiadas: Hay numerosas aplicaciones y videos diseñados específicamente para niños que ofrecen meditaciones guiadas. Estas meditaciones, a menudo basadas en historias o viajes imaginarios, son una forma excelente de introducir a los niños en la práctica de la atención plena.
  5. Dibujo o pintura consciente: A través del arte, los niños pueden expresar sus emociones y sensaciones. Anímales a dibujar o pintar lo que sienten en ese momento, permitiéndoles explorar su mundo interior de una manera creativa y terapéutica.

Consejos para madres al introducir el mindfulness

  • Sé un modelo a seguir: Los niños son observadores natos y aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Al incorporar el mindfulness en tu vida diaria, estás mostrando a tu hijo su valor y relevancia.
  • Crea un espacio de calma: Es esencial tener un lugar tranquilo en casa, libre de distracciones, donde tu hijo pueda practicar mindfulness. Puede ser una esquina de su habitación, un rincón del salón o incluso un espacio al aire libre.
  • Incorpora el mindfulness en la rutina diaria: La consistencia es clave. Al hacer del mindfulness una parte regular de la rutina diaria, como cepillarse los dientes o leer antes de dormir, se convierte en una práctica arraigada y natural.
  • Sé flexible y paciente: Cada niño es único y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Adapta las prácticas y ejercicios según las necesidades, intereses y temperamento de tu hijo.

El mindfulness es una herramienta poderosa que ofrece a los niños habilidades para la vida. En un mundo en constante cambio, la capacidad de estar presente, de entender y gestionar las emociones y de conectar con los demás es invaluable. Como madre, al introducir el mindfulness en la vida de tu hijo, estás ofreciendo un regalo que le beneficiará toda la vida.

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