El paso del útero al mundo exterior es un gran cambio que marca nuestras vidas y el inicio de la primera etapa de desarrollo de un bebé con el corte del cordón umbilical, el bebé pasa de recibir el oxígeno a través de la placenta a hacer funcionar por primera vez sus pulmones. A la vez, el flujo de los nutrientes que el feto recibía se interrumpe, pasando a una alimentación externa y a depender de sus reservas.
Estando en el útero, el bebé se acostumbró a estar entre los 36,5º y 37ºC de temperatura. Al salir al mundo exterior, se encuentra con temperaturas más bajas. Durante los primeros días les ayudará a conservar mejor el calor corporal la vérnix caseosa o unto sebáceo, una sustancia blanquecina con apariencia grasa que recubre su piel al nacer, que desaparecerá de forma natural.
La hora sagrada (Primera hora)
La primera hora del bebé se la llama ‘la hora sagrada’. Una vez comprobado que el recién nacido está correctamente, y una vez ya cortado el cordón umbilical, se recomienda hacer ‘piel con piel’ con la madre. Este acto tan simple tiene muchos beneficios: el bebé podrá escuchar el latido del corazón de su madre, y el contacto con su piel cálida le tranquilizará, además de ayudarle a entrar en calor. A nivel hormonal y conductual para mamá e hijo también es importante, este primer contacto confirma un vínculo afectivo irrompible. En estos primeros momentos los bebés están muy atentos a todo lo que les rodea, y son capaces de reconocer las voces que han escuchado durante semanas a través del líquido amniótico. Si le hablas y miras de cerca ayudarás a afianzar aún más este vinculo.
Después de esta primera hora, el recién nacido entra en un estado de adormilamiento totalmente normal después del chute de adrenalina que ha supuesto el parto.
Durante las primeras horas de vida los bebés se ven más rosados, con los pies y manos frías. Esto es debido a una que están aprendiendo a regular su propia temperatura a través de la circulación. Con manoplas y calcetines puedes ayudarles a que no pasen frío. Se llama acrocianosis cuando además hay un leve color violeta en al piel.
Empezar a alimentar a tu bebé
Una de las prioridades al nacer para los bebés es empezar a alimentarse, ya sea de con leche artificial o materna. En ambos casos, las tomas del recién nacido han de ser a demanda, es decir, respetando la sensación de hambre del bebé y dándole cuando reclame. Esta primera toma suele ser en algún momento de las tres primeras horas, y de ahí a cuando lo vuelva a reclamar.
Si os habéis decidido por la lactancia materna, durante los primeros días se alimentarán de calostro, una secreción previa a la leche materna con una apariencia más acuosa pero muy rica en proteínas y factores immunoprotectores, es decir, defensas que disminuyen el riesgo de infecciones y alergias, además de ayudar a la maduración del intestino del recién nacido. Al principio el calostro es escaso, y va aumentando su producción con la succión del pecho.
A los cuatro días el calostro se transforma en leche materna.
A través de la placenta los fetos iban recibiendo anticuerpos, pero cuando salen del útero lo hacen sin ninguna experiencia inmunológica y con un sistema inmunitario por estrenar. Igual que los intestinos, que se pondrán en marcha junto con las primeras tomas. Su primer pis será en las primeras 48 horas de vida. En cuanto a la primera deposición, llamada meconio, es muy oscura y pegajosa, asemejándose al petróleo y también será durante las primeras horas del bebé.
Es normal que durante los primeros días se pierda peso. Esto es principalmente pérdida de agua, y se suele recuperar a los 10 y 15 días de vida. En estos primeros días, semanas y meses, tu pediatra será tu mejor consejero, y en las constantes revisiones por las que pasará tu bebé podrá responder todas aquellas dudas y preguntas que vayan surgiendo.